Ayudar al refugiado

¿Cuál de estas partes de su ser has abandonado?

La fotografía superior es como una metáfora o una idea esquemática de las distintas partes que somos y formamos, en unión y en un todo, los seres humanos. Los millones de células, los aparatos del organismo como por ejemplo el circulatorio o el locomotor, la mente racional, social, emocional, y la innata, casi desconocida y abandonada por muchos aún, son partes y elementos que conforman el conjunto del Ser.

¿Qué partes de tu ser has abandonado? ¿Qué parte de tu conexión con la vida y su fuerza generadora has olvidado? ¿Descuidaste el entusiasmo de un corazón activo, o la nutrición de tus células y tu cuerpo, o el fluir de tu fuente de vida interior, o tu capacidad para respirar con lo invisible, o tal vez tu fuerza creativa y trasformadora?

Eres sabio, pero si no lo tienes en cuenta, el testigo de tu ser, se presenta como reflejo en forma de refugiados. Ellos han sido abandonados, y surgen en forma de causas solidarias para que caigas en la cuenta de que el orden de tu aspecto humano, integral y saludable, prefiere verlo fuera pero no dentro. Tu ser interno reclama alguna deuda. La inconsciencia de ello te llevará a alguna manifestación social de ayuda o compasión con los necesitados más allá de tu círculo de vida. La conciencia que aparenta sanarse con la energía exterior, es apariencia. Es posible que no debas tomar al pie de la letra lo que ocurre en la proyección exterior de tus ojos. La costumbre de la piedad es en ocasiones ficticia. Caes en esa pseudo-verdad de cubrir una carencia emocional, social o mental, y casi nunca piensas que el fractalismo de los espacios semejantes, dentro/fuera, es lo que está presente y actúa para conectarlos entre sí.

Todo trabajo exterior tiene que partir del interior. Todo espacio, ámbito o elemento exterior refleja el interior. En el caso de la ceguera ante lo invisible, tan común en el ser humano, las semejanzas se hacen visibles o perceptibles como indicadores o metáforas, para su comprensión y com-pasión. (In-visible quiere decir dentro de lo visible, por tanto real dentro de toda Realidad. Otra cosa es que no tengamos las capacidades para ver toda realidad, y hablemos de lo no-visible). La palabra misericordia quiere decir cordializar las miserias: hacer semejantes (asemejar) y hacer similares (asimilar) todas las realidades.

¿Se puede ayudar si no se tiene qué aportar? ¿Qué inercias o potencias estás ocupando con la solidaridad externa sin pensar que en tus núcleos personales o familiares has olvidado el sentir con, la compasión? ¿Qué parcelas se están refugiando/abandonando cuando no ha habido una consciencia personal de la culpa y el victimismo, disculpada y responsable, creativa y fecunda? ¿Cuales son tus refugiados internos?

Admiro muchísimo a estas personas solidarias por el mundo, pero ¿quién salva a aquellas partes de nosotros mismos que hemos abandonado por la memoria de la costumbre, por el contexto social, la traición sentimental, la tristeza, el miedo, o la ira? Todas esas personas y niños que salen de sus países porque no pueden vivir en sus tierras, son pequeños ejemplos de las parcelitas que dejamos ir porque no sabemos muy bien si los provocaron salir de nuestro hogar o no pudimos defendernos de semejante acto de desagravio.

Pero ahora ya lo sabes. Defiende a tus refugiados: mírales a sus rostros, discúlpate por no saber ni siquiera el por qué se llegó a esa situación (discúlpate de la culpa); dales las gracias por estar ahí, por haberte enseñado el camino de la comprensión/compasión, y ámalos porque son tus semejantes -eres tú mismo-. Ten miseri-cordia de ellos: encenderás la luz interior.

 

Eduardo Beltrán Jordá

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