Activar la glándula pineal

Desconocemos en muchas ocasiones lo que significa la luz en la vida humana. Está a la vista que toda sanación profunda menciona «el Ser de luz», y en nuestro lenguaje verbal, metafórico-cultural, la luz es sinónimo de entendimiento y poder carismático, energético y emocional.

Las religiones, en su base metafísica, están basadas en la luz de lo divino, y sus signos y símbolos son notorios. Pero ya nada está lejano u oculto, ya nada es para los iniciados. Sencillamente, con una información básica, sin especiales aptitudes (puesto que todos somos esa luz, esa vibración electromagnética que está a nuestro alcance y que tiene frecuencias en tonos de sonido y color), logramos lo que antes era para creyentes, iniciados o trabajadores del espíritu y sus técnicas de iluminación. Es decir, se puede alcanzar la consciencia de paz en el Universo, su propósito de equilibrio en el cual la sombra es la indicadora de la ausencia de luz. Anteriormente la alquimia era un secreto que manejaban pocos, ahora es una herramienta para los que están dispuestos a trabajar la transformación de los viles metales, o la materia en luz.

Hay que entender que la glándula pineal desarrolla una función endocrina. Entre otras funciones, interviene en el desarrollo de la vida en la madre y el sueño nocturno. A niveles de centros energéticos o cuerpos de luz, desarrolla el contacto con los estados superiores de conciencia (el yo cielo, el yo espíritu, el yo angélico, el yo crístico…); es la comunicación con la consciencia cielo o supraconsciencia, y su materialización en los grados donde la materia ve, pero con los sentidos de la perceptibilidad sensorial.

Sin embargo este centro de recepción de radiofrecuencias o vibraciones percibe con el llamado «ojo del espíritu», por lo que su desarrollo irá a favor de la creación y solución conjunta del Universo. El fin de la vida es conocerse en su propio desenvolvimiento consciente en la luz y la no luz -u oscuridad- (conciencia/inconsciencia), en el equilibrio de la conciencia del Madre-Padre (materia/energía, información/recepción, yin/yang…), en el arquetipo Uno (como menciona el audio que añado abajo). Por eso vivimos en la polaridad y la dualidad: para entender uno de los muchos despliegues de la Unidad.

Enlace:

http://www.ivoox.com/3136448

 

Eduardo Beltrán Jordá

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