Qué duda cabe que una buena parte de nosotros podemos decir que nuestros pies están sanos, y que disponemos de ellos, de igual modo que todos los miembros y órganos de nuestro cuerpo. Somos afortunados si es así, y de esta manera, tenemos un idóneo recurso para poder acceder a una salud completa, integral y natural, a través de las zonas reflejas de nuestros pies, que son las que la reflexología podal toca y manipula.
Una familia muy unida, muy implicada
Nuestro cuerpo es una gran familia, y muy numerosa: no podrás calcular cuántos minúsculos seres –las células, las bacterias– disponen, organizan, nutren, regulan o conforman tu cuerpo, y también otros –las bacterias, los virus, los parásitos– que agreden, oxidan o deterioran tu cuerpo aprovechándose de su acidez. Por esto, es hasta divertido ponerse al mando de la nave y empezar a guiarla. Dirígete a la empresa de trabajadores que la vida ha puesto a tu disposición, y que van a procurar hacer todo lo posible para que puedas acceder a las funciones de tener, desear, ejercer, amar, expresarte, comprender, ver y ser todo lo que puedas ser consciente de ser. Comienza a organizar tu propia armonía, afirmando tu intención de salud y equilibrio: habla con ellos, díselo. No olvides, en cualquier caso, que el ser humano es libre para optar, para entender, y adoptar, cualquier manera de ser que considere idónea, y que las explicaciones personales las debe uno investigar por sí mismo. Siempre bajo la única norma de la responsabilidad individual y colectiva.
La energía universal y el cuerpo
La estructura funcional –el sistema orgánico– de nuestro cuerpo funciona de manera autónoma y está construida con las leyes de la naturaleza, que son de la misma clase de naturaleza de la que está hecho el universo, es decir, la energía Qi, sistema de fuerzas electromagnéticas o luz universal, que se expande/n, auto reconoce/n y auto define/n en los procesos físicos, bioquímicos y psíquicos, a través de lo que en medicina china se suele describir de forma simbólica, circular, regular e interdependiente como, fuego –el nido imperial de la vitalidad–, tierra –donde cristalizan las fuerzas energéticas–, metal –la síntesis entre cielo y tierra–, agua –esencia y memoria emocional de vida y distribución de la energía–, y madera –el frágil equilibrio entre la aceptación de la vida y la voluntad de vivir–.
La terapia de zonas reflejas, la reflexología podal y el bienestar

Uno de los secretos mejor guardados de los pies, es el de ser pequeñas figuras que se parecen a nosotros cuando nos sentamos con las piernas extendidas en el suelo o en la forma del loto –o meditación–. A esta sorpresa que la naturaleza y la biología nos ha regalado, se le llama analogía de formas, semejanzas morfológicas.
La terapia que se ocupa de explorar las semejanzas entre zonas del cuerpo y zonas podales (de los pies), se llama reflejoterapia podal o reflexología podal. Esta técnica y lógica terapéutica, inspecciona y trabaja las zonas mínimas que reflejan a otras zonas máximas, por parecido y semejanza. Por tanto, es una técnica que era practicada, de una u otra forma, en las medicinas de la antigüedad egipcia, china (y otras), y después de variadas investigaciones prácticas en enfermería, y de estudios de profesionales de la salud complementaria en el mundo contemporáneo, actualmente se le llama holística o integrativa –en la que las partes son interdependientes para entender un todo–, puesto que consiste en un tratamiento que engloba o incluye los órganos vitales más importantes –corazón, estómago, pulmones, hígado/páncreas, riñón–, y comprende funcional y físicamente, desde la cabeza hasta las rodillas, desde el sistema locomotor hasta el sistema endocrino, desde el sistema digestivo al circulatorio, desde la energía vital hasta la limpieza linfática y depurativa.
La reflexología podal ayuda a la medicina analítica y clínica, teniendo especial relevancia en la ampliación de la consideración de la misma, debido a que, al tratar diferentes aspectos de la salud en el cuerpo sutil-energético y biológico-físico, se requiere como bálsamo anti estrés del sistema nervioso autónomo, aportando en esa fase terapéutica, oxigenación sanguínea y regulación energética, intercambio de información celular y reequilibrio orgánica, y algo que es igual de invisible, la confianza en que la terapia hace involucrarnos en el bienestar.
Eduardo Belrán Jordá
http://www.thesurreyclinic.co.uk