La glándula pineal

Siempre supimos que bajo unas determinadas condiciones -ayunos, disciplina, sacrificio, sufrimiento, o innatamente- el organismo humano y su sistema nervioso, facilitaba estados alterados de conciencia. Como ejemplos, la historia de la santidad y las conversiones y los diálogos con la divinidad; las escuelas espirituales de iniciación occidentales y orientales.

También sabemos que la farmacología, desde la investigación química (LSD, psicotrópicos), en los finales cincuenta, destapó un camino que con anterioridad había sido críptico. La psicodelia junto con el nuevo descubrimiento del chamanismo por Carlos Castaneda y el peyote, proporcionaron nueva información multidimensional a la psique humana en los sesenta (Timothy Leary, Richard Alpert). Eran las llamadas puertas de la percepción (Aldous Huxley), las que se comenzaron a abrir por ese tiempo.

Pero ahora (siglo XXI), desde los estudios clínicos, nuevos científicos nos informan de que tanto el sistema nervioso del ser humano como planos sutiles de información, energía y vibración, están conectados a través del sistema endocrino u hormonal -en concreto a través de la glándula pineal y pituitaria-, dentro de un proceso bioquímico proporcionado por la molécula dimetiltriptamina (DMT).

Así existe la posibilidad de entender las conexiones de la espiritualidad, de las antiguas religiones con la divinidad, las del chamanismo con los espíritus y dimensiones extrasensoriales, de las experiencias cercanas a la muerte, además del entendimiento fractal del universo (microcosmos y macrocosmos).

Las experiencias espirituales para el ser humano llegan cuando está preparado, no antes. Esto tampoco quiere decir que no sea posible buscar la DMT como vía espiritual, quiere decir que hay que comprender que ya la tenemos en nuestro organismo y que las ondas electromagnéticas, las transmisiones de energía del universo (sónica, astral, solar, etc.), también llamadas radiofrecuencias, van determinando la organización bioquímica en nuestro cuerpo. De este modo se cumple asi la ley universal de atracción/reacción: la sintonía con lo que vibramos desde lo psíquico (mental racional, mental emocional), a lo biológico-molecular.

Las modificaciones de los sistemas endocrinos y nerviosos se producen por la comunicación con las frecuencias de onda a un nivel micro-molecular. Recibir esta información es un primer paso para la apretura a la conciencia de unidad: el Ser consciente.

Más información:

El alma y su interacción con la Glándula Pineal

 

Eduardo Beltrán Jordá

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